Refrigeración Líquida Directa en Centros de Datos
La refrigeración líquida directa (DLC), incluyendo la refrigeración directa al chip o mediante placas frías (cold plate cooling), se está convirtiendo en una tecnología esencial para los centros de datos de alta densidad. En estos entornos, la refrigeración por aire tradicional ya no es suficiente para gestionar las crecientes densidades de potencia derivadas del uso intensivo de CPU y GPU impulsadas por la inteligencia artificial.
Al transferir el calor directamente desde los procesadores a un refrigerante circulante como el propilenglicol al 25% (PG25) u otros fluidos técnicos, la DLC ofrece un rendimiento térmico superior, soporta cargas de rack de 100 kW o más, y mejora significativamente la eficiencia energética.
En un sistema típico, el refrigerante fluye a través de un Sistema de Refrigeración Tecnológica (TCS) hacia placas frías montadas sobre los componentes que generan calor. El calor se absorbe y se dirige a través de una Unidad de Distribución de Refrigerante (CDU) hacia el Sistema de Agua de la Instalación (FWS), donde es finalmente disipado.
La pureza del fluido, la estabilidad de la presión y la estanqueidad del sistema son factores críticos, especialmente por el tamaño reducido de los microcanales de las placas frías y la cercanía del fluido a componentes electrónicos sensibles.
Aquí es donde los sistemas de tuberías de polímero ofrecen una clara ventaja frente a las soluciones metálicas. Materiales de alto rendimiento como el polipropileno (PP) y el fluoruro de polivinilideno (PVDF) son resistentes a la corrosión, compatibles químicamente y ayudan a mantener la calidad del refrigerante. Funcionan de forma fiable en un amplio rango de temperaturas, de -20 °C a +140 °C (PVDF) y de 0 °C a 80 °C (PP-H), con resistencia a presiones de hasta 10 bar. Disponibles en diámetros desde d16 hasta d500 mm, se unen mediante soldadura infrarroja avanzada (IR fusion), que garantiza un rendimiento trazable y probado a presión.
Más ligeras y fáciles de instalar que las alternativas metálicas, las soluciones poliméricas también permiten la prefabricación y despliegue modular, lo que reduce el tiempo de instalación, los costes y la complejidad en obra. Esto las convierte en una opción ideal tanto para nuevas instalaciones como para renovaciones, proporcionando una infraestructura de refrigeración sostenible y preparada para el futuro.